Así ha cambiado el alquiler de estudiantes: buscan vivienda antes y más lejos de la universidad

El mercado del alquiler para estudiantes universitarios está experimentando una transformación significativa en los últimos años. Factores como el adelanto del inicio del curso académico, el incremento de precios en zonas tradicionales y la escasez de oferta de viviendas han modificado los hábitos de búsqueda de alojamiento de los jóvenes.
Adelanto en la búsqueda de vivienda
Tradicionalmente, los meses de agosto y septiembre concentraban la mayor actividad en el mercado de alquiler para estudiantes, coincidiendo con el final del verano y el inicio del curso. Sin embargo, el calendario académico, que ha adelantado el comiendo de las clases a septiembre en la mayoría de las universidades, está empujando a los estudiantes a iniciar los trámites antes.
Cada vez más universitarios comienzas a buscar vivienda en junio y julio, en previsión de que el proceso se alargue debido a la limitada oferta y al encarecimiento de los precios. Aún así, todavía existe un volumen importante de estudiantes que retrasa la decisión hasta septiembre, especialmente aquellos que dependen de listas de espera para conocer su plaza definitiva.
Dispersión en las grandes ciudades
Otro de los cambios más notables es la mayor dispersión geográfica de los estudiantes dentro de las ciudades universitarias. Los precios elevados en los barrios tradicionales están empujando a muchos jóvenes a buscar alternativas más económicas en otras zonas, aunque eso suponga alejarse de los campus universitarios.
En Madrid, por ejemplo, cada vez menos estudiantes pueden permitirse vivir en los alrededores de la Ciudad Universitaria, donde el precio medio del alquiler supera los 1.550 euros, En Barcelona, la cifra asciende a 1.650 euros, lo que obliga a muchas familias a buscar opciones más asequibles en barrios menos demandados.
Este fenómeno se repite en otras grandes ciudades como Valencia o Sevilla, aunque no es tan acusado en lugares con tradición universitaria como Salamanca, Granada o Santiago de Compostela, donde, pese a la subida de precios, los alquileres siguen siendo más accesibles.
Menor rotación entre inquilinos
A estas transformaciones se suma una reducción en la rotación de viviendas. El temor a nuevas subidas de precios está llevando a muchos estudiantes a mantener sus contratos durante toda su etapa universitaria, incluso a costa de pagar la renta en los meses de verano en los que no residen en el piso.
Este cambio en la dinámica del mercado refleja una tendencia hacia una mayor estabilidad residencial entre los estudiantes, que prefieren asegurar su alojamiento a largo plazo frente al riesgo de enfrentarse a precios más altos en futuras búsquedas.
Un colectivo clave en el mercado del alquiler
Los estudiantes siguen representando uno de los colectivos más activos en el mercado de alquiler en España. Sin embargo, los altos precios, la escasez de oferta y la reconfiguración de las ciudades están cambiando profundamente la forma en que acceden a la vivienda: anticipando la búsqueda, alejándose de las zonas tradicionales y permaneciendo más tiempo en los mismos pisos.